El repertorio elegido abarca cinco siglos de historia. El concierto se introduce con una obra para órgano, The Bells (Las campanas) de W. Byrd, perteneciente al Renacimiento inglés, que como su título indica, desea imitar el sonido de las campanas de una gran catedral. A continuación, escucharemos dos de las Nueve Arias Alemanas de Händel, que se enmarcan en el contexto de la espiritualidad cristiana de la época barroca alemana. Los textos, de Barthold Heinrich Brocke, son inspiradas poesías con bellas metáforas sobre la calma, el silencio, el reposo y la felicidad de la vida eterna: Singe Seele, Gott zum Preise (Canta alma, a la alabanza de Dios) y Die ihr aus dunkel Grüften (Vosotros, en oscuros sepulcros); en estas obras de música de cámara, la flauta, en calidad de instrumento obligado, acompaña la melodía del canto, bien apoyada por el bajo continuo que realiza el órgano. También ubicada en el barroco alemán, se incluye una pieza para órgano de Johann Pachelbel, con la que podremos escuchar las posibilidades tímbricas que ofrece el instrumento.

A continuación, daremos un salto en la historia, para escuchar dos canciones sacras de Hugo Wolf: Gebet (Oración) y Ach, des Knaben Augen (Ay, los ojos del Niño), originalmente escritas para voz y piano, pero que fueron hermosamente adaptadas al órgano por su coetáneo Max Reger, gran compositor y conocedor e intérprete de órgano, que supo trasladar a la sonoridad de una iglesia y, así, a una escucha más espiritual, un buen número de lieder de Wolf, seleccionados por sus textos sacros. Cabe destacar que este año se conmemora el centenario de la muerte de Max Reger (1873-1916).

Trois chants de Noël  (Tres canciones de Navidad), de nuevo para voz, flauta y órgano, forman un ciclo del compositor suizo Franck Martin, que nos hablan del nacimiento de Jesús y su adoración con la llegada de los Ángeles y los Reyes Magos. Con un lenguaje más moderno y sugerente, Franck Martin nos invita a escuchar nuevas sensaciones musicales, y culmina con un exultante Aleluya.

Precedida por una obra de órgano del autor francés François Couperin, el concierto finaliza con la cantata Gratias Agimus tibi, del compositor italiano Gaetano Donizetti. Como si se tratase de una gran aria operística, de espíritu romántico y virtuosidad interpretativa, incluso teatral, la escucharemos en el templo para percibirla como un rezo de agradecimiento a la Divinidad, puesto que Donizetti elige un texto litúrgico para su cantata, concretamente el fragmento de la misa: "Os damos gracias por vuestra inmensa Gloria".